08/09/2021
Los planes que se habían preparado para llevar a cabo la ampliación del aeropuerto del Prat no han variado y afectarán la zona ambiental protegida del Delta del Llobregat que muchos todavía pretenden salvar: la Ricarda, aunque AENA declara que todavía no son definitivos.
El pasado viernes, AENA presentó el DORA (Documento de Regulación Aeroportuaria), que recoge el proyecto de la ampliación del aeropuerto y que deja ver que se prevé aumentar los vuelos extendiendo la tercera pista hacia el este, es decir, afectando la Ricarda.
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, después de ver el DORA, expresó a través de un tweet que este «no refleja el consenso establecido en el seno del Gobierno: asegurar la inversión sin dar nada por cerrado y definir los próximos pasos con un amplio acuerdo de todas las administraciones». Es por ello, que exigen «explicaciones» y su “rectificación”.
De todos modos, AENA mantiene y recalca lo que se dijo en el acuerdo que se hizo el 2 de agosto, asegurando que no se ha hecho ningún cambio: «Se garantizará el modo segregado actual para la operativa de las pistas y se hará la ampliación de la pista 07R\/25L hacia el este, así como la construcción de una terminal satélite que dé servicio a los vuelos de largo radio que se operarían gracias al alargamiento de la pista”.
Estas palabras no dan respuesta clara a la gran preocupación por la afectación de la Ricarda. Parecen, simplemente, una manera de querer salir deprisa de esta situación, en la que ellos mismos se han puesto, que los tiene entre la espada y la pared.
Más de 300 asociaciones, como Prou Soroll, ayuntamientos de municipios cercanos al aeropuerto y entidades, entre otros, se han posicionado fuertemente en contra de este proyecto desde sus inicios, argumentando los muchos tipos de contaminación que este causaría: desde contaminación ambiental hasta contaminación química y acústica, y llevando como bandera la salud de la ciudadanía y la preservación del medio ambiente.
Desde todas partes seguiremos luchando para evitar la reforma de la infraestructura, que causaría graves consecuencias tanto en las personas y en su salud como en el medio ambiente.